Personajes Alfonso Diez |
Por medio del correo electrónico me han hecho diversas preguntas a
raíz de la publicación de mi artículo acerca de la disolución de Luz y Fuerza
del Centro (en el “Personajes” antepasado). Reproduzco aquí dos de los
“correos” que reflejan la inquietud popular, las dudas que flotan en el aire, y
mis respuestas
Correo 1: Un gran amigo de Tlapacoyan, Veracruz,
me envió un artículo que apareció en un medio impreso y me planteó su
incertidumbre.
Mi respuesta, en 8
incisos:
1.- El que escribió el artículo en cuestión intenta manipular a la
opinión pública cuando afirma que “el
verdadero problema no era el asunto
de la democracia sindical, cuando el secretario del Trabajo se negó a la ‘toma
de nota’ de la dirigencia del SME”. Quedó claro que las últimas elecciones
en ese sindicato estuvieron llenas de lodo, con todos los trucos de que se
valen los corruptos de siempre y ¿qué quiere este periodista? ¿que creamos que,
como se iba a liquidar Luz y Fuerza, por eso no se les reconoció? Visto el
cochinero que fue tal elección es más fácil pensar que ante los acontecimientos
desatados por la sucia pelea intersindical se decidió “cortar por lo sano”.
2.- Manipula cuando dice de manera irónica que "ahora resulta que el SME no sólo era
antidemocrático sino prácticamente el único responsable del atraso tecnológico
de Luz y Fuerza del Centro". ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién ha culpado al SME
como "único responsable"
del atraso de Luz y Fuerza? Además, las razones de la disolución fueron
económicas, no sindicales.
3.- Manipula otra vez cuando pregunta "¿por qué no tomaron antes las medidas correctivas?". Ahora
resulta que lo que se intentó hacer desde la época de Miguel de la Madrid y no
se hizo por diversas causas, entre otras para no caer en el caos que intentan
levantar el que escribió las líneas que se comentan y los políticos manipuladores
de siempre, es motivo para reclamar: Si se hace, malo, y si no se hizo antes,
malo también.
4.- Intenta otra vez confundir a sus lectores al cuestionar: "¿Acaso el SME es más pernicioso que el mismo
sindicato de PEMEX... o del SUTERM?". La pregunta quedó respondida en
mi columna antepasada. Poner en entredicho la medida, "porque hay otros sindicatos llenos de
delincuentes y no se ha actuado
contra ellos”, equivale a afirmar que si, por las razones que sea, algún
criminal queda libre, entonces hay que conceder el mismo beneficio a otros, no
hay porqué detenerlos.
5.- Pregunta el aludido “¿por
qué no aplicaron una auditoría, en lugar de proceder como lo hicieron?”.
Ésta es no sólo manipulación descarada, es un argumento infantil: todos los
años se aplicaban auditorías, innecesarias por cierto, porque las millonadas de
dinero que tenía el gobierno que entregarle a Luz y Fuerza para que subsistiera
eran evidentes sin necesidad de una auditoría.
6.- Retoma el analista las palabras engañosas de algunos políticos y
del líder sindical, Martín Esparza, y especula dando por ciertas las
afirmaciones de que el gobierno liquidó Luz y Fuerza para quedarse con las
redes de fibra óptica, para entregarlas a la iniciativa privada. ¿Es esto
cierto o falso? Dudo que sea cierto. Por un lado, quienes lo aseguran ya están
desacreditados, después de tanto "milagrito" que le quieren colgar a
su padre subrogado (el gobierno) con mentiras que han caído por su propio peso.
Tras el alboroto que se ha armado, si el gobierno procediera de esa manera
daría armas a sus opositores para atacarlo; además, ya otros partidos políticos
han propuesto que tales redes se renten, para sacarles algún provecho.
7.- Dos o tres días después de que se declarara la disolución de Luz
y Fuerza, surgieron afirmaciones de que ya había habido 23 muertos (“debido a su menor capacidad para hacer el
trabajo”) entre los trabajadores de la CFE que están sustituyendo a los de
Luz y Fuerza. Esto resultó falso, no hubo un solo muerto y los trabajadores de
la CFE están mejor ubicados en la evaluación mundial de desempeño de los
trabajadores de esa rama. Los del SME están en el último lugar. La otra
afirmación, de que llamaban por teléfono a los extrabajadores para ofrecerles
sumas importantes de dinero si acudían en auxilio de los de la CFE, también
resultó falsa.
8.- Se comprobó, por otra parte, que los apagones que se registraron
en esos primeros días habían sido producto de sabotaje. ¿Atribuibles a Martín
Esparza? ¿A otros exempleados? ¿Fueron acciones de venganza de desesperados? No
hay respuesta todavía a tales preguntas, pero lo cierto es que no se puede
culpar a los trabajadores de la CFE por su supuesto mal desempeño, o menor
preparación, dado que la realidad es totalmente diferente.
Finalmente, intento “ser plural”, imparcial, no pertenezco a partido
alguno, ni tengo porqué asumir defensas que no me corresponden; pero la
mentira, la injusticia, la manipulación descarada, hay que señalarlas.
Correo 2: “¿Has
escuchado la pregunta que hacen de por qué el gobierno rescató a la Comercial
Mexicana que es una empresa gringa y por qué no rescata a Luz y
Fuerza del Centro, que es una empresa mexicana? ¿Qué contestarías a esto?”
Mi respuesta: Luz y Fuerza del Centro ha sido
rescatada todos los años con cantidades de dinero que, sumadas ahora,
significan billones de pesos que
pudieron ser mejor utilizados. Comercial Mexicana es una empresa privada y no
fue rescatada con una dádiva, recibió un préstamo en base a los bienes que
posee, de tal manera que si no paga pierde tales bienes, sin importar quiénes o
de qué nacionalidad sean sus inversionistas.
En México, en Estados Unidos y en todo el mundo hay muchas empresas
privadas en la misma situación y tienen que pagar los préstamos que les han
concedido, no han sido regalos.
Luz y Fuerza del Centro era una paraestatal, una empresa
descentralizada a la que no sólo rescataron, le daban decenas de miles de
millones de pesos cada año para que pudiera subsistir. Gastaban el doble de lo
que tenían por ingresos, en consecuencia era una empresa quebrada.
Su historia se remonta a la época, de finales del siglo XIX y la
primera mitad del XX, en que era una empresa privada que estaba en manos de
inversionistas extranjeros (en su mayor parte) y mexicanos.
Fue adquirida por el gobierno y desde los días de Miguel de la
Madrid se había decidido su liquidación, pero el temblor que sufrió la Ciudad
de México echó abajo los planes.
Luego, el presidente Carlos Salinas de Gortari decidió el futuro de
la empresa: aconsejado por Manuel Camacho Solís, que se sentía presidenciable y
no quería perder la cantidad de votos que representaban los electricistas, la
convirtió en paraestatal, en 1994, y nació así Luz y Fuerza del Centro.
Pero desde hace 15 años, cuando nació, se le han otorgado cantidades
multimillonarias que crecen cada año y no en calidad de préstamos, sino como
subsidio (léase regalo), porque la poca eficiencia y productividad de la
empresa y de sus empleados no le permitía tener las utilidades necesarias para
sobrevivir.
Una evaluación a trabajadores electricistas de todo el mundo, hecha
hace poco tiempo, arrojó como resultado que los integrantes del Sindicato
Mexicano de Electricistas están en el último lugar, en cuanto a eficiencia y
productividad se refiere; y en uno de los primeros, en cuanto a corrupción.
La empresa finalmente fue liquidada en buena hora. ¿Cuánto tiempo
más había que seguir metiendo dinero en ese pozo sin fondo? Dinero que, por
cierto, es del pueblo.
Los que quedaron sin trabajo todavía pueden recontratarse con la CFE,
que ya los está invitando, siempre y cuando pertenezcan al reducido círculo de
los eficientes de ese enorme contingente.
Así que, dados los términos de su liquidación, tendrán una cantidad
de dinero en efectivo que puede equivaler a dos años y medio de trabajo, en
promedio. Cantidad muy superior a la que marca la ley. Con ese dinero pueden
poner un negocio y, si están bien preparados, pueden volver a trabajar en algo
similar a lo que tenían en Luz y Fuerza para recibir de nueva cuenta un salario
mensual.
No sólo eso: la iniciativa privada anunció que contratará a aquellos
que sean experimentados y que no sean corruptos.
Así que, ¿aquí quien pierde?
Los electricistas desde luego que no. Sus líderes, comenzando por
Martín Esparza, tienen ya muchos millones de pesos como para preocuparse por el
salario que sea, por eso se pueden dar el lujo de incitar a los demás a no
presentarse a recibir su liquidación. Y esto es un error, porque desde el
momento en que quedaron sin empleo, y durante 30 días, pueden recibir un bono
extra que en la mayoría de los casos es cuantioso, siempre y cuando vayan por
su liquidación en ese lapso.
De cualquier manera, la disolución de Luz y Fuerza ya no es
reversible, así que es irresponsable pedir a los exempleados que no cobren su
liquidación. Tarde o temprano lo harán.
El único que ha estado perdiendo, durante años, ha sido el pueblo.
El puñado de líderes que saqueaban a la empresa y robaban a sus
compañeros era de varios cientos, pero diez ó veinte lo hacían de manera más
que exagerada y Esparza sobresalía.
Otras preguntas que me han hecho mis lectores se refieren a los
otros sindicatos: ¿Por qué el de Luz y
Fuerza? ¿Y por qué el sindicato de
PEMEX y el de maestros no?
Por algo se tenía que comenzar. Todos los presidentes anteriores a
Calderón tuvieron miedo de enfrentarse a un sindicato tan poderoso pero,
insisto, la medida fue tomada para terminar con el pozo sin fondo que
significaba LFyC, no fue un ataque al sindicalismo.
¿Cuándo se procederá contra los otros?
Sería un error muy grande intentarlo ahora, cuando el escenario está
tan agitado y cuando hay muchos que quieren acarrear agua a su molino
agitándolo más. "Toda caminata de 8
mil kilómetros comienza por un paso", decía Confucio, y éste ya se
dio.
Y recordemos, finalmente, que Luz y Fuerza del Centro era una empresa en la que se gastaba mucho dinero, pero la Educación no es una empresa y en la Educación no se gasta, se invierte.
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